La metodología BIM es cada vez más importante en el sector de la construcción, siendo desde hace tiempo el estándar en países como Estados Unidos y Reino Unido. Las numerosas ventajas que ofrece la gestión digital de proyectos son evidentes. Sigue leyendo para descubrir cuáles son.
Gestión de proyectos: cualitativa, a tiempo y dentro del presupuesto
En muchos sectores, gestionar proyectos es una necesaria tarea, que se estructura en la definición, la ejecución y la finalización del proyecto. Cada una de las etapas de trabajo dentro de estas áreas tiene por objeto garantizar que este se planifique y controle correctamente, se aprovechen las oportunidades y se limiten los riesgos. Además, se hace hincapié en la calidad, la programación eficiente y el cumplimiento del presupuesto.
La metodología BIM como forma de gestión digital de proyectos
Este proceso se digitaliza cuando el software y las estructuras informáticas constituyen la base del trabajo. Este es el caso de la metodología BIM, un método de trabajo que va mucho más allá del concepto de edificios en 3D. El modelo 3D incluye, por ejemplo, los atributos de los objetos y los componentes individuales pueden ponerse en relación entre sí. El flujo de trabajo se ve altamente beneficiado si una empresa de arquitectura o ingeniería decide pasarse a la metodología BIM.
Planificación simplificada y estimación de masas
Gracias a BIM, los proyectistas especializados y los arquitectos pueden trabajar juntos en un modelo 3D. De este modo, las colisiones que se encuentren, por ejemplo, entre los servicios del edificio y la estructura de soporte, pueden identificarse ya durante la fase de planificación basándose en la versión virtual, y no en la obra. La empresa de ingeniería MUCKINGENIEURE ya dio el paso a la metodología BIM hace unos años. Su propietario, Walter Muck, nos cuenta su experiencia: "Gracias a la representación tridimensional, podemos controlar mejor las colisiones y evaluar más fácilmente las geometrías complicadas".
Al trabajar en un proyecto para E.ON, les resultó muy ventajoso realizar la planificación de los componentes de hormigón en 3D, ya sea hormigón in situ o elementos prefabricados. La estimación de la masa y el estudio de cantidades también se realizan en unos pocos clics con la ayuda de la metodología BIM, y la necesidad de introducir entradas manuales en las tablas XLS desaparece. Esto también tiene un efecto positivo en la relación entre el rendimiento laboral y el resultado: "En la oficina, estimamos que el aumento de la eficacia tras la implementación exitosa de la metodología BIM es del 30 al 35%. En algunas subtareas, como la estimación de la masa de acero y los estudios cuantitativos, el aumento de la eficacia es incluso del 85 al 90%", afirma Muck.
Cooperación local y gestión eficaz de la información
El creciente nivel de digitalización también está cambiando la forma de trabajar en el sector de la construcción. Internet posibilita estar en contacto desde distintas localizaciones y trabajar en conjunto en los archivos. Esta ventaja se extiende también a la metodología BIM. Por ejemplo, varias oficinas pequeñas pueden planificar un proyecto conjunto de mayor envergadura y utilizar para ello la gestión digital local de proyectos.
La gestión centralizada de la información relacionada con el proyecto constituye otro elemento importante del método de trabajo BIM. Los proyectistas especializados pueden incorporar al modelo 3D objetos BIM almacenados digitalmente de diferentes fabricantes, como puertas, ventanas o instalaciones sanitarias, y dotarlos de atributos. Walter Muck afirma: "No podría imaginar una planificación 3D eficaz sin la biblioteca de planificación IBD de ALLPLAN. Ahora también ofrecemos a nuestros clientes un directorio de servicios de estructuras sin terminar. Nunca lo habríamos hecho antes". La información en sí, incluso más allá de la construcción para el uso de instalaciones y edificios, sigue estando disponible digitalmente.
El camino hacia la gestión digital de proyectos
Su introducción puede estar asociada inicialmente a elevados costes de inversión, por ejemplo, en hardware, software y formación. Sin embargo, a medio y largo plazo se amortizará: los flujos de trabajo en la oficina mejorarán, el intercambio de datos e información es simplemente más fácil y el número de errores de planificación se reduce drásticamente. El cambio de una empresa a la metodología BIM debe ser integral. Requiere un "cambio de conciencia", como lo define Walter Muck.