Si bien gran parte de los esfuerzos de descarbonización del sector AEC se ha centrado en las fases de diseño y operaciones, el ahorro de carbono durante la construcción en sí es igual de importante. El carbono que se genera durante la construcción de un edificio, denominado carbono incorporado, representa un 11% de todas las emisiones de CO2 generadas por el sector, aunque resulta más difícil de identificar y reducir. La metodología BIM puede ayudar en esta cuestión, ya que permite considerar el carbono durante la fase de construcción para poder tomar decisiones mejor informadas.
¿Qué es el carbono incorporado?
Se refiere a las emisiones asociadas a los materiales y procesos de construcción utilizados a lo largo del ciclo de vida del edificio o activo. Por lo tanto, puede referirse al carbono generado durante la extracción de materiales, el transporte de las materias primas a un fabricante, el proceso de fabricación y el transporte a la obra, así como las emisiones creadas durante la construcción, el funcionamiento, la renovación, la demolición y la eliminación.
Básicamente, incluso antes del primer uso, un edificio ya ha generado emisiones de carbono y, una vez en funcionamiento, el carbono incorporado no puede reducirse. A medida que el carbono operacional disminuye, la proporción de las emisiones atribuidas al carbono incorporado va a aumentar significativamente.
Reduciendo el carbono en la construcción
Para reducir esta cifra, hay que tener en cuenta tanto todo el proceso de construcción como los aspectos operativos, si se quieren alcanzar los objetivos de descarbonización. De este modo, se pueden elegir materiales o métodos de construcción con bajos o nulos emisiones de carbono en lugar de alternativas con mayores emisiones.
Las tecnologías digitales como la metodología BIM brindan a este sector la oportunidad de mejorar la eficiencia energética y de recursos para lograr un desarrollo más sostenible. Tanto si se trata de reformas como de nuevas construcciones, la metodología BIM favorece una toma de decisiones mejorada tanto para los edificios como para las infraestructuras a lo largo de todo el ciclo de vida de los activos. En términos de sostenibilidad, esto se traduce en un uso de materiales optimizados, la reducción del desperdicio, la mejora de la utilización de los activos y una menor consumición de recursos durante la construcción y la operación.
Cómo respalda la metodología BIM la construcción sostenible
El principal beneficio de este método de trabajo durante la fase de construcción es que elimina incertidumbres o errores de interpretación que pueden conducir a un aumento de las emisiones y al desperdicio de materiales a través de demoras y retrabajos. Además, la prefabricación depende en gran medida de la metodología BIM debido a los procesos de producción automatizados que se emplean, reduciendo en gran medida la huella de carbono de las actividades de construcción.
Además del ahorro durante la fabricación, con la metodología BIM se puede comprobar la viabilidad de otras variantes de construcción. Por ejemplo, el uso de placas alveolares supone un ahorro de hormigón y armado de acero, así como un menor consumo de energía, residuos y emisiones durante el traslado a la obra. Con BIM, estas placas podrían colocarse en el modelo para analizar objetivamente su viabilidad.
Con esta metodología también puede mejorarse la planificación y la gestión para evitar los residuos en la obra, por ejemplo, simulando la secuencia de construcción para cerciorarse de la edificabilidad de la estructura antes de que los cambios resulten demasiado caros y traigan consigo un desperdicio de recursos valiosos. Esto sirve tanto para la construcción tradicional como para los métodos modulares o prefabricados, que también pueden comprobarse antes de su instalación en la obra.
Poder visualizar la disposición de la obra y planificar la colocación del equipo (ej.: grúas), el acceso y el almacenamiento también puede ayudar a evitar el desperdicio de material durante la construcción. La planificación y la simulación adicionales son útiles no sólo para preservar los materiales, sino también para evitar la energía extra necesaria y las emisiones y la contaminación generadas por los proyectos que se alargan en tiempo.
Construcción ecológica con BIM
La metodología BIM es útil para algo más que el diseño: las posibilidades de que ofrece su uso para mejorar la sostenibilidad en la obra son muchas y variadas. Para más inspiración sobre cómo BIM puede ayudar a alcanzar una construcción sostenible, lee nuestro artículo Construcción sostenible con la metodología BIM.