Proyecto internacional BEEP (BIM for Energy Efficiency in the Public sector)

La metodología BIM ha demostrado ser de gran valor no solo a la hora de construir nuevos edificios, sino también en su mantenimiento y rehabilitación posterior, algo que ha aprovechado a la perfección el Proyecto BEEP. A lo largo de este artículo explicaremos cuál ha sido su objetivo y cómo influye la aplicación de los programas que hacen uso de Building Information Modelingen diferentes ámbitos.

La eficiencia energética se ha convertido en una prioridad para las instituciones públicas. De hecho, el futuro del planeta depende del uso que hagamos de los recursos, y cada pequeño gesto puede marcar la diferencia. La Unión Europea ha sido la principal interesada en el desarrollo de este proyecto, que dio comienzo en el año 2019 y que ha sido financiado con casi 2 millones de euros. De ese dinero, cerca del 90 % ha sido aportado por los fondos comunitarios.

BEEP ha tratado de convertirse en una inspiración para el futuro de la construcción. Lo ha hecho proporcionando las herramientas necesarias para la rehabilitación energética de los edificios públicos.

La guía de BEEP ha sido publicada por los principales responsables del proyecto para que sirva como base de todo lo que puede lograrse usando BIM en la rehabilitación sostenible. Para ello, han empleado como ejemplo algunos de los proyectos piloto que se han llevado a cabo en diversos países europeos, como España, Italia o Chipre. Además, se incluyen otras rehabilitaciones realizadas por socios ubicados en otros países mediterráneos, como Egipto, Palestina, Líbano o Jordania. Puede descargarse de forma gratuita desde este link.

El principal objetivo del proyecto ha sido, desde su planificación, la reducción de la huella de carbono del sector de la construcción. En la actualidad, las infraestructuras son responsables de alrededor de un 36 % del gasto energético mundial. Además, casi el 40 % de las emisiones de dióxido de carbono están relacionadas con el sector de la construcción.

Gracias a los logros de este proyecto, se espera que cada vez más promotores y técnicos aprovechen los beneficios de esta metodología para disminuir estas emisiones.

Estas son algunas de las aplicaciones más destacas de los programas BIM en la rehabilitación energética.

Las herramientas que emplean esta metodología permiten mejorar la seguridad de los proyectos de rehabilitación. Lo hacen gracias a las simulaciones tridimensionales, a partir de las cuales es posible identificar riesgos o conflictos en la fase de diseño.

Esto evita poner en peligro a los trabajadores durante la obra y también anticiparse con soluciones y medidas de seguridad. Al optimizar el entorno de trabajo, los empleados pueden llevar a cabo la rehabilitación energética de una forma más segura.

Los modelos virtuales generados con esta tecnología facilitan el control de calidad durante todo el proyecto. Al contar con información detallada sobre los materiales a utilizar y sobre los sistemas y procesos constructivos, todo el proceso es más seguro. Así, es posible detectar los problemas antes de que se efectúen los trabajos de rehabilitación.

En la práctica, esto repercute en unos costes más bajos y en la reducción de las emisiones durante la propia reforma. Disminuir el número de correcciones también incide sobre los recursos que deben emplearse durante los trabajos.

Cada componente que se introduce en el sistema queda parametrizado con sus dimensiones y características individuales, con lo que se puede conocer en todo momento el impacto que tendrá en la construcción y cómo le afectarán las temperaturas o el clima adverso. Esto es algo especialmente relevante en el caso de elementos aislantes o al simular la instalación de un panel solar.

Todos estos parámetros garantizan una gran precisión en las mediciones y permiten conocer métricas tan importantes como la reducción de emisiones de un edificio.

Los técnicos presentes sobre el terreno también se benefician del uso de esta metodología. Al implementarla en los proyectos de rehabilitación, se consigue comprender mejor la importancia de los distintos materiales a la hora de reducir las necesidades energéticas. Además, hace más sencilla la planificación de todos los trabajos y la secuencia en la que deben llevarse a cabo.

Las simulaciones tridimensionales también posibilitan la mejora de la toma de decisiones en la obra. Y es que, gracias a los programas BIM, pueden realizarse cambios en tiempo real y observar su posible impacto de un modo rápido y realista. De esta forma, se controla mejor el presupuesto, se reducen los plazos para finalizar la rehabilitación y se optimizan los procesos constructivos.

Sin duda, la metodología BIM es clave para lograr una mayor eficiencia energética en los edificios públicos. Además, gracias al Proyecto BEEP, los técnicos cuentan con una valiosa guía para disminuir la huella de carbono de las construcciones.