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Los investigadores del MIT están transformando el hormigón en un supercondensador, convirtiendo el material de construcción en una unidad de almacenamiento de energía. Esto tiene muchas ventajas, pero no está exento de problemas.
La acumulación actual de fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo muestra claramente que el cambio climático no es algo del futuro, es una realidad. Para evitar que estas catástrofes naturales, de momento aisladas, hagan inhabitables regiones enteras, existe la necesidad urgente de una transición energética de los combustibles fósiles a las energías renovables. Sin embargo, el sol no siempre brilla y el viento no siempre sopla, mientras que ciertos días hay un excedente. Por lo tanto, el almacenamiento temporal es esencial para una red energética estable. Con este objetivo en mente, los investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado un hormigón que almacena energía. Esto significa que los edificios y la infraestructura podrían ser utilizados como baterías gigantes.
La base del invento es la simple electricidad estática. Los investigadores liderados por Franz-Josef Ulm y Admir Masic han logrado crear un condensador a partir de una mezcla de cemento Portland, negro de carbono y agua. Esto ofrece ciertas ventajas sobre las baterías recargables normales. Por ejemplo, no requiere metales raros, como los necesarios para la producción de baterías convencionales de iones de litio. Además, un condensador se puede cargar en unos pocos segundos.
Hollín en lugar de cables eléctricos para el hormigón con almacenamiento de energía
EL hormigón MIT no requiere cables eléctricos para almacenar electricidad; el negro de carbono sirve como conductor. Con este propósito, se añade al hormigón líquido, donde se extiende por sí mismo en nanoestructuras ramificadas durante el curado, formando, por así decirlo, una red conductora de hollín. El condensador real está forma por dos placas de este hormigón especial, que están separadas entre sí por una membrana.
A diferencia de los condensadores normales, este último no es solo una capa aislante, sino que es parcialmente permeable. Esto aumenta la capacidad de almacenamiento hasta cien veces, convirtiéndolo en un supercondensador. Según Franz-Josef Ulm, un bloque con una longitud de 3,5 metros podría almacenar diez kilovatios horas, lo que corresponde aproximadamente a la necesidad diaria de una familia. El ingeniero imagina casas en las que las células solares y las unidades de almacenamiento energéticas se integran directamente en la fachada.
Positivo, pero no perfecto
Según los investigadores, su uso en las carreteras también es concebible. Teóricamente, los vehículos eléctricos podrían incluso cargarse mientras se conducen. De entrada, esto suena muy bien. Pero esta tecnología no está exenta de problemas. La estructura en capas conlleva una capacidad de carga reducida, que puede requerir muros más anchos y, por lo tanto, más material. Además, la perforación accidental en el hormigón podría causar un cortocircuito. Y por último, pero no menos importante, el hormigón sigue siendo un material de construcción complejo en general debido a que su producción requiere mucha energía, así como la extracción de recursos finitos. Por lo tanto, debe tenerse en cuenta dónde y cómo se puede utilizar mejor este innovador hormigón que almacena energía.