Hoy en día, todo el mundo habla de metodología BIM y de modelos 3D, y los métodos tradicionales de dibujo en 2D se consideran lentos, ineficaces y anticuados. ¿Ha llegado entonces a su fin la era del diseño digital en 2D?
A pesar de todo, las encuestas independientes apuntan a que no. De hecho, el 40% de los encuestados confirmaron que siguen utilizando diseños en 2D en su trabajo diario, aunque muchos gobiernos y grandes clientes hayan empezado a imponer el uso de la metodología BIM y modelos 3D inteligentes, por la eficiencia, la precisión y el potencial de colaboración que ofrece. Entonces, ¿por qué persiste el diseño 2D?
Cumpliendo con el deber
La respuesta está en los contratos. Aunque los métodos de entrega de proyectos han evolucionado, los mecanismos contractuales utilizados siguen siendo en gran medida los mismos, con diseños en 2D estipulados como medio para proporcionar el diseño completo. Mientras estos sigan siendo la base contractual para la entrega de proyectos, seguirán siendo el principal entregable que se espera de los ingenieros y arquitectos, y serán necesarios en cualquier proyecto hasta que esto cambie.
Sin embargo, esto debe equilibrarse con la necesidad de trabajar de la forma más eficiente y productiva posible. El tamaño, el alcance y la complejidad crecientes de los proyectos hacen que sea difícil realizarlos sólo con métodos 2D, y si hay limitaciones de tiempo, que suele ser lo habitual, aumenta aún más la presión sobre los equipos de diseño. También es necesario cumplir otras obligaciones contractuales, como la utilización de la metodología BIM.
Haciendo la transición
Se podría decir que el sector de la arquitectura, la ingeniería y la construcción (AEC) se encuentra aún en una fase de transición: de los métodos de trabajo del pasado a los del futuro, y a las herramientas que estos requieren. De ahí que un software que permita a sus usuarios aprovechar todos los beneficios del modelado BIM 3D sin dejar de cumplir los requisitos 2D sea más ventajoso que uno que ofrezca únicamente el modelado 3D por sí solo.
Muchos diseñadores están familiarizados y se sienten cómodos con el dibujo en 2D, por lo que poder cambiar entre 3D y 2D a voluntad ayuda a facilitar la transición. Con esta flexibilidad, el diseñador puede obtener una vista en 2D del modelo 3D y diseñar o detallar el modelo de la manera que le resulte más eficiente. Trabajar así también garantiza que no se duplique el trabajo, ya que los dibujos 2D se crean como un subproducto del proceso de modelado BIM 3D, o el modelo 3D se rellena utilizando la información colocada en las vistas en 2D, como el armado en ALLPLAN, que no aplica controles estrictos en cuanto a cómo se crea la información.
Mirando al futuro
De todos modos, el futuro es el modelado BIM 3D. A medida que la metodología BIM sigue desarrollándose y se convierte en el método de entrega aceptado, la necesidad de una transición completa se hace más apremiante, siendo ya la cuestión cuándo y con qué herramienta implantar la metodología BIM, y no si hay que hacerlo. Aquellos que realicen el cambio con antelación serán los que tengan ventaja sobre su competencia, gracias a una mayor productividad y calidad del diseño, así como a un mayor dominio de una herramienta y una metodología que los clientes exigen cada vez más.